Necrópolis de Canapost

A medio camino entre Peratallada y Vulpellac, el conjunto medieval de Canapost está formado por la iglesia de Sant Esteve y por la necrópolis medieval con importantes sarcófagos monolíticos de piedra arenisca.

Si nos acercamos a la iglesia de Sant Esteve de Canapost podremos ver los restos de un cementerio de época medieval descubierto a partir de las excavaciones arqueológicas realizadas en esta zona.

Actualmente, los restos arqueológicos que se pueden ver corresponden a una necrópolis o cementerio de época medieval. Ahora bien, encima de estos restos había una parte de una necrópolis de época moderna (siglos XVI-XVIII). Como es de suponer, la necrópolis medieval, con una datación aproximada comprendida entre los siglos X y XV, estaba localizada en los entornos de la iglesia y situada debajo de los entierro de época moderna. El proceso de excavación fue complicado ya que muchas tumbas modernas cortaban parcialmente algunos enterramientos medievales.  

Entre los meses de noviembre de 2004 y mayo de 2005, el Ayuntamiento realizó una excavación arqueológica en el entorno de la iglesia de Sant Esteve de Canapost que permitió localizar 85 tumbas antropomorfas (en forma de persona) hechas con losas y 18 sarcófagos esculpidos en piedra arenisca muy típica de la zona. Todas las tumbas visibles son medievales y durante la excavación se encontraron varias ollas de cerámica puestas junto al difunto y conchas de Santiago, portadas de Santiago de Compostela por algún peregrino hace más de 600 años. 

Vale la pena realizar una visita en este lugar para disfrutar de la paz y la tranquilidad que se respira y observar los restos arqueológicos descubiertos ya que se trata de una de las necrópolis medievales con sarcófagos de piedra más espectaculares de toda Catalunya.  

La iglesia de San Esteve de Canapost es uno de los elementos más notables y quizás, desconocidos de nuestro patrimonio municipal a pesar de ser una de las referencias arquitectónicas de la Catalunya románica. 

La iglesia consta actualmente de dos edificios yuxtapuestos, uno prerrománico con una nave, transepto y ábside trapecial; y uno de románico de una nave con ábside semicircular. Está formada por tres cuerpos fácilmente identificables. El cuerpo principal, de estilo prerrománico, configura el núcleo de la iglesia y fue construido en torno al siglo IX o X. Destaca su transepto, bastante más alto que la cubierta de la nave, con bóveda de herradura bien marcada. Posteriormente, entre los siglos XI y XII, se unió la torre campanario de planta cuadrada, en el sur, y una nave paralela, en el norte, de estilo románico. 

El frontis donde actualmente se abre la puerta del acceso principal al templo es del siglo XVIII y no se terminó. Precisamente, detrás de los ábsides podemos ver, en el suelo, los restos del rosetón que debía culminar la fachada. La advocación de la iglesia está dedicada a Sant Esteve y San Cleto, el tercer papa de la iglesia cristiana que ostentó el cargo entre los años 76 y 88. La iglesia tenía un notable retablo gótico, de la Virgen de leche, que hoy se conserva en el Museo de Arte de Girona. Junto a la iglesia hay una necrópolis alto medieval. 

Pinturas románicas

En el altar principal y en la bóveda del transepto se pueden observar restos de pinturas románicas de extraordinario valor patrimonial. En la parte de levante se puede vislumbrar un personaje a caballo, que podría corresponder a la escena bíblica de la entrada de Jesús en Jerusalén y podría fecharse del siglo XII. En el lado contrapuesta, se intuye una escena de la Santa Cena que los expertos sitúan en el siglo XV. Ocupan unos 10 metros cuadrados y fueron elaboradas a base de colores tierra, hechos con la combinación de minerales de óxido de hierro y cal. Las policromías se descubrieron en 1999 a raíz de unas calas hechas a partir de unos fragmentos de pintura localizados tiempo atrás. Fueron restauradas en 2002.