Fiesta del Segar y Trillar

Hasta hace medio siglo, los pajares y pajares formaban parte del paisaje cotidiano de nuestro entorno. Ya hace años, sin embargo, que han desaparecido y hemos podido constatar que la transformación agraria ha tenido una incidencia no sólo en la vida en el campo, sino también en nuestro paisaje. Las gavillas o fardos, mechones de cereales de estructura totalmente manual y artesana, han sido suplantados por balas de formas regulares y estandarizadas. Las simetrías del campo, demasiado perfectas, ordenan ahora un paisaje de campos hechos a golpe de imponentes cosechadoras que se tragan el trigo, la cebada o la avena despiadadamente y separan el grano de la paja a velocidades inimaginables hace unas décadas. En estos momentos, el segar y el batir han dejado de ser un evento social, para convertirse en una rutina más del ciclo productivo del campo. Perdida su magia, sin embargo, queda el consuelo de que el payés se ha podido liberar, también, de trabajos muy pesados y de gran dureza.  

La Asociación Amics del Cau dels Pins en colaboración con el Ayuntamiento de Forallac, recupera la memoria campesina. Con todo, la huella cultural que dejado en nuestro el trabajo en el campo es muy fuerte y, por suerte, son varios los municipios de Catalunya que reviven este trabajo tal como se hacía antes, con el objetivo de recordarla aunque sólo sea de una manera lúdica. Entre estos se encuentra Forallac, donde desde 1995 se revive este proceso tradicional del campesinado, con una consolidada fiesta en el Cau dels Pins de Sant Climent de Peralta.   

La fiesta, se desarrolla en tres partes, que corresponden a la plantación (diciembre), la siega (junio) y la batida (julio). Los tres procesos se realizan de forma manual o bien con la utilización de herramientas de época, respetando al máximo la tradición. Aunque el plato fuerte de la fiesta corresponde a la batida y a la construcción del pajar, la plantación y la siega se están convirtiendo, progresivamente, en centros de atención de numerosas personas que se acercan hasta el campo del Cau dels Pins para conocer in situ cómo se hacían estas tareas.

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